El objetivo de este documento es ayudarlo a realizar una compra más segura a través de 10 simples preguntas. Ya sea en persona o por teléfono, esta guía le permitirá diferenciar entre las “oportunidades” y los “clavos”.
1. ¿De qué año es el auto?
Aunque usted ya tenga esta información y conozca la respuesta, siempre empiece preguntando algo básico para romper el hielo. También puede servir una consulta sobre el color del vehículo o la cilindrada del motor.
2. ¿En qué estado está de chapa y pintura?
El objetivo es tener una idea del estado general del auto. Un vendedor honesto le mostrará si tiene algún detalle o rayadura en la pintura. Por supuesto, si encuentra alguna marca o diferencia en el color pregunte el origen.
3. ¿Qué equipamiento tiene el auto?
Si no está especificado en el clasificado, preguntar por todos los detalles, como aire acondicionado, airbag, frenos ABS, levantavidrios y espejos eléctricos, equipo de audio, techo, etc.
4. ¿Cuántos kilómetros tiene?
Si el auto tiene menos de 5.000 km o más de 30.000 km por año siempre hay que preguntar la razón. Por supuesto que un auto con pocos kilómetros es una excelente oportunidad.
El uso real del auto puede chequearse por el desgaste de otros componentes, además del número del cuentakilómetros. Por otra parte, un auto con demasiados kilómetros generalmente tiene que ver con el uso laboral. En este caso también es bueno diferenciar el uso en rutas y el de ciudad, ya que el vehículo sufre menos el desgaste en las rutas que en la ciudad.
5. ¿Tuvo algún choque?
Si es así, averigüe los daños exactos, cuál fue el costo del arreglo y en dónde se hizo. Idealmente es bueno contar con la factura del arreglo para tener claro quién lo hizo y si se utilizaron repuestos originales.
6. ¿Es de primera mano? ¿Desde cuándo lo tiene?
El objetivo es tener una historia del auto y, sobre todo, de los services realizados. Hay que estar atento a los vehículos que cambiaron de manos demasiadas veces. Esto puede ser señal de algún problema serio.
7. ¿A quién le compró el auto?
Siempre sería ideal que sea el primer dueño y que lo haya comprado en una concesionaria, pero en el resto de los casos la procedencia puede dar algún indicio del estado del auto.
8. ¿Tiene los recibos de los services?
Es importante que tenga todos los servicios hechos en un concesionario oficial y respetando la agenda de mantenimiento sugerida en el manual. También es importante tener todos los recibos para corroborar la información y para chequear todos los componentes que fueron reemplazados, como filtros, pastillas de frenos, cubiertas, etc.
9. ¿Es usted la persona que lo maneja?
Siempre es ideal hablar con la persona que más utilizó el vehículo. Es fácil imaginar el tipo de uso que se le dio de acuerdo al perfil del conductor.
10. ¿Por qué vende el auto?
Normalmente recibirá una respuesta simple como “estoy buscando algo más grande”; pero esté atento a respuestas evasivas o que muestran dudas. Esta pregunta también puede ayudarlo en la negociación del precio. La respuesta muchas veces puede mostrarle si el vendedor está apurado en cerrar la operación; incluso puede llegar a escuchar comentarios como “necesito la plata” o “necesito bajar los costos de mantenimiento”.
1. ¿De qué año es el auto?
Aunque usted ya tenga esta información y conozca la respuesta, siempre empiece preguntando algo básico para romper el hielo. También puede servir una consulta sobre el color del vehículo o la cilindrada del motor.
2. ¿En qué estado está de chapa y pintura?
El objetivo es tener una idea del estado general del auto. Un vendedor honesto le mostrará si tiene algún detalle o rayadura en la pintura. Por supuesto, si encuentra alguna marca o diferencia en el color pregunte el origen.
3. ¿Qué equipamiento tiene el auto?
Si no está especificado en el clasificado, preguntar por todos los detalles, como aire acondicionado, airbag, frenos ABS, levantavidrios y espejos eléctricos, equipo de audio, techo, etc.
4. ¿Cuántos kilómetros tiene?
Si el auto tiene menos de 5.000 km o más de 30.000 km por año siempre hay que preguntar la razón. Por supuesto que un auto con pocos kilómetros es una excelente oportunidad.
El uso real del auto puede chequearse por el desgaste de otros componentes, además del número del cuentakilómetros. Por otra parte, un auto con demasiados kilómetros generalmente tiene que ver con el uso laboral. En este caso también es bueno diferenciar el uso en rutas y el de ciudad, ya que el vehículo sufre menos el desgaste en las rutas que en la ciudad.
5. ¿Tuvo algún choque?
Si es así, averigüe los daños exactos, cuál fue el costo del arreglo y en dónde se hizo. Idealmente es bueno contar con la factura del arreglo para tener claro quién lo hizo y si se utilizaron repuestos originales.
6. ¿Es de primera mano? ¿Desde cuándo lo tiene?
El objetivo es tener una historia del auto y, sobre todo, de los services realizados. Hay que estar atento a los vehículos que cambiaron de manos demasiadas veces. Esto puede ser señal de algún problema serio.
7. ¿A quién le compró el auto?
Siempre sería ideal que sea el primer dueño y que lo haya comprado en una concesionaria, pero en el resto de los casos la procedencia puede dar algún indicio del estado del auto.
8. ¿Tiene los recibos de los services?
Es importante que tenga todos los servicios hechos en un concesionario oficial y respetando la agenda de mantenimiento sugerida en el manual. También es importante tener todos los recibos para corroborar la información y para chequear todos los componentes que fueron reemplazados, como filtros, pastillas de frenos, cubiertas, etc.
9. ¿Es usted la persona que lo maneja?
Siempre es ideal hablar con la persona que más utilizó el vehículo. Es fácil imaginar el tipo de uso que se le dio de acuerdo al perfil del conductor.
10. ¿Por qué vende el auto?
Normalmente recibirá una respuesta simple como “estoy buscando algo más grande”; pero esté atento a respuestas evasivas o que muestran dudas. Esta pregunta también puede ayudarlo en la negociación del precio. La respuesta muchas veces puede mostrarle si el vendedor está apurado en cerrar la operación; incluso puede llegar a escuchar comentarios como “necesito la plata” o “necesito bajar los costos de mantenimiento”.
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